En la convicción de nuestro pueblo se encuentran enraizadas, una serie de prácticas ancestrales que caracterizan las creencias y costumbres que nos acercan al más allá, en la esperanza de concretar un encuentro imaginario con nuestros seres queridos.
La festividad de “Todos Los Santos”, una ocasión para reunirse e interrumpir la marcha del tiempo, es celebrar con festejos y ofrendas de flores, alimentos, frutos, “mistelas”, “t´antawawas”, “rosquetes”, el “mondongo” y la chicha, en una tradición heredada de nuestras abuelas y que pervive en las actuales generaciones.
Esta tendencia, enriquece nuestra sensibilidad humana, en medio de colores, sabores, recuerdos, rezos y alegría; esa es la riqueza de nuestro pueblo que nunca debe desaparecer de nuestra cultura popular y nuestras creencias.